Esa mañana temprano pasó como un autocar de Monbús, todo muy rápido y sin
hacer las paradas pertinentes. No recuerdo (supongo que el cerebro es más
inteligente q la consciencia de un@) muchas cosas sobre las que hilar. Sé que
al volver de la ducha descubro un whatsap de Cris pidiendo auxilio por el “urgente”
y si era ese el canal de transmisión, ya podía empezar a correr. Así que me
puse el primer calzado que vi a mano (mal hecho) y marché hacia el puerto.
Antes de llegar solo me imaginaba camiones descargando pantalanes o cualquier otro material de obra y cuatro
pelagatos de SOS allí desamparados pidiendo colaboración ciudadana. Ya era
horrible eso, pero lo que había ocurrido lo superaba con creces.
Al llegar me encuentro con más gente de SOS de lo habitual a esas horas,
varios guardias y vallas por todos lados, y recuerdo que lo que hice, a parte
de buscar explicación y gritarle algo, supongo que desagradable, a los de
uniforme, fue unirme a quienes estaban lanzando vallas al agua. Aún era de
noche, pero la imagen de una compañera agarrada por parte de Elizaga (en aquel
momento no lo había reconocido como tal) y con los pies en suspensión la grabé
nítidamente. Era un manojo de intentos fracasados, a base de fuerza física, de impedir que l@s
vecin@s usasen los resquicios de libertad que nos quedaban para defender A
Iriña con toda la rabia y frustración que suponía haber sido conscientes
de aquella redada contra dos personas
indefensas. En realidad tres, si contamos la ayuda inmediata de quien quiso
inmortalizar la situación tendiendo una mano.
Nunca llegué a creerme del todo el dicho de que la realidad supera la
ficción en muchas ocasiones; pero desde entonces he comprendido que la
psicopatía está muy cerca de nosotr@s y no hace falta mucho para instigarla. El
resto es un pueblo enmudecido no por el shock de haber presenciado lo sufrido
ese día por y con Moncha y Javi; sino con unas ganas imperiosas de barrer hacia
debajo de la alfombra y olvidar todos los granos de arena que se han llevado lo
que les gobierna en verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario