jueves, 26 de marzo de 2015

Acontecimientos del 25 de febrero de 2014



Esa mañana temprano pasó como un autocar de Monbús, todo muy rápido y sin hacer las paradas pertinentes. No recuerdo (supongo que el cerebro es más inteligente q la consciencia de un@) muchas cosas sobre las que hilar. Sé que al volver de la ducha descubro un whatsap de Cris pidiendo auxilio por el “urgente” y si era ese el canal de transmisión, ya podía empezar a correr. Así que me puse el primer calzado que vi a mano (mal hecho) y marché hacia el puerto. Antes de llegar solo me imaginaba camiones descargando pantalanes  o cualquier otro material de obra y cuatro pelagatos de SOS allí desamparados pidiendo colaboración ciudadana. Ya era horrible eso, pero lo que había ocurrido lo superaba con creces.

Al llegar me encuentro con más gente de SOS de lo habitual a esas horas, varios guardias y vallas por todos lados, y recuerdo que lo que hice, a parte de buscar explicación y gritarle algo, supongo que desagradable, a los de uniforme, fue unirme a quienes estaban lanzando vallas al agua. Aún era de noche, pero la imagen de una compañera agarrada por parte de Elizaga (en aquel momento no lo había reconocido como tal) y con los pies en suspensión la grabé nítidamente. Era un manojo de intentos fracasados,  a base de fuerza física, de impedir que l@s vecin@s usasen los resquicios de libertad que nos quedaban para defender A Iriña con toda la rabia y frustración que suponía haber sido conscientes de  aquella redada contra dos personas indefensas. En realidad tres, si contamos la ayuda inmediata de quien quiso inmortalizar la situación tendiendo una mano.


Nunca llegué a creerme del todo el dicho de que la realidad supera la ficción en muchas ocasiones; pero desde entonces he comprendido que la psicopatía está muy cerca de nosotr@s y no hace falta mucho para instigarla. El resto es un pueblo enmudecido no por el shock de haber presenciado lo sufrido ese día por y con Moncha y Javi; sino con unas ganas imperiosas de barrer hacia debajo de la alfombra y olvidar todos los granos de arena que se han llevado lo que les gobierna en verdad.


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